El uso de un enraizador orgánico en cultivos representa una estrategia efectiva para estimular el desarrollo de las raíces y mejorar la salud de las plantas. Productos como Novaroot®, formulados con hidrolizados de Bacillus spp., Trichoderma spp. y micorrizas, ofrecen ventajas significativas en una amplia variedad de cultivos, desde hortalizas hasta frutales y granos básicos.

¿Cómo actúa Novaroot®?

Novaroot® contiene microorganismos beneficiosos que promueven la formación de raíces secundarias y mejoran la absorción de nutrientes. En particular, los hidrolizados de Bacillus spp. y Trichoderma spp. favorecen la salud del suelo al generar compuestos bioactivos, mientras que las micorrizas establecen simbiosis que optimizan la captación de agua y minerales.

Principales beneficios

1. Mayor establecimiento temprano: Gracias a este enraizador orgánico, las plantas desarrollan un sistema radicular más denso y resistente desde las primeras etapas de crecimiento.

2. Mejora de la absorción de nutrientes: Al fortalecer las raíces, se maximiza la captación de fósforo, nitrógeno y micronutrientes fundamentales para el desarrollo vegetal.

3. Incremento en la resistencia a estrés: El uso de un enraizador orgánico como Novaroot® ayuda a las plantas a enfrentar mejor condiciones adversas, como sequía o variaciones de temperatura.

4. Optimización de rendimientos: Estudios de campo han demostrado que la aplicación oportuna de este producto puede traducirse en mayor producción y calidad de frutos y granos.

Aplicación recomendada

Es recomendable aplicar Novaroot® al momento de trasplante o siembra, mezclándolo con el sustrato o incorporándolo al suelo en la zona de las raíces. Asimismo, su dosificación debe ajustarse según el tipo de cultivo, a continuacion se enlistan los cultivos en donde se puede utilizar Novaroot:

• Arándano
• Frambuesa
• Fresa
• Zarzamora
• Jitomate
• Chile
• Papa
• Tomatillo
• Cebolla
• Aguacate
• Mango
• Manzana
• Limón
• Papaya
• Plátano
• Vid
• Sandia
• Melón
• Pepino
• Calabaza
• Granos básicos
  

En conclusión, incorporar un enraizador orgánico en el plan de manejo agronómico impulsa el vigor vegetal, favorece la eficiencia en el uso de recursos y contribuye a la sostenibilidad de los cultivos. Para maximizar sus efectos, considere siempre combinarlo con buenas prácticas de fertilización y riego.

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